Trastorno de angustia

Chica teniendo un ataque de pánico

El Trastorno de angustia es un proceso muy activante que desencadena un ataque de pánico. Quien lo padece siente cómo su corazón se acelera, su cuerpo se tensa, la ansiedad se desboca y puede llegar a perder el conocimiento y desmayarse en donde se encuentre.

¿En qué consiste una crisis o ataque de pánico?

Generalmente, el inicio del Trastorno de angustia se da con una primera crisis, que sucede por una situación altamente emocional que nos lleva al colapso. Los motivos pueden ser variados y dependen del contexto y del estilo de afrontamiento de la persona, que se siente sobrepasada por lo sucedido (una serie de problemas o dificultades).

El ataque de pánico aparece de manera súbita, provocando palpitaciones, sudoración, temblores, dificultad para respirar o ahogo, mareo, náuseas y sensaciones de desrealización (perdida del contacto con la realidad) o despersonalización (sensación de salir del propio cuerpo o de observarlo todo “desde fuera”). También puede surgir miedo a perder el control o la cordura y a morir por culpa de la crisis.

Chica comenzando a tener un ataque de pánico

¿Cómo puede derivar a Trastorno de angustia?

Esta primera ocasión puede ser muy aversiva. La persona que lo sufre puede estar en la calle, en una reunión de vecinos, en el trabajo recibiendo una mala noticia… el hecho ocurre tan deprisa que la persona que lo padece tiene miedo a que vuelva a suceder. Asocia ese tipo de situaciones y contextos con el peligro de la aparición de una nueva crisis y, cada vez que se enfrenta a estas mismas circunstancias, recuerda las sensaciones y en parte ayuda a que estas aparezcan de nuevo.

El trastorno se produce cuando la persona desarrolla un fuerte miedo a las situaciones asociadas a aquellas en las que ha sufrido un ataque de pánico, y esta asociación precipita que las crisis puedan darse de nuevo. A partir de este punto, cualquier lugar, contexto o circunstancia que pueda albergar cierto riesgo es susceptible de desencadenar el ataque de pánico. Por ejemplo, lugares de los cuales la persona no puede escapar rápidamente cuando sienta que comienza sentir la crisis, como pueden ser lugares cerrados como un autobús, el tren o el metro, sitios abarrotados en los que hay poca movilidad, como una concentración o calles principales durante las festividades o en eventos multitudinarios…

Trastorno de angustia con agorafobia

Otro factor habitual es el miedo que puede darse cuando la persona que padece el Trastorno de angustia sale de casa y se enfrenta al exterior. Este miedo conocido como Agorafobia o miedo a los espacios abiertos (fobia=miedo y ágora=plaza en la antigua Grecia), es muy común en este trastorno, y se debe precisamente a que la persona anticipa que va a sufrir un ataque en un lugar del que no podrá escapar, y que ocurrirá donde todos podrán verlo en su momento más vulnerable.

¿Cuáles son los tratamientos que ofrecen mejores resultados?

Existen diferentes tratamientos que han dado buenos resultados para trabajar el Trastorno de angustia con o sin agorafobia, como son el Programa de Terapia Cognitiva para el Trastorno de Angustia, el Programa de Tratamiento para el Control del Pánico y la Terapia Cognitivo Conductual, y tratamientos específicos para abordar las dificultades que pueden verse en algunos casos concretos, como son la Terapia Intensiva Focalizada en las Sensaciones o la Terapia Cognitivo Conductual de Aceptación Incrementada para el Pánico.

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