Tras licenciarme como Psicóloga en la Universidad Autónoma de Madrid, comencé a trabajar en un gabinete privado especializado en terapia familiar. Fue una gran oportunidad que me aportó experiencia, y la humanidad con que se ejercía la terapia allí me inspiró como guía. Al mismo tiempo, realicé un Experto en Mediación Familiar (COP) y el Máster en Terapia Cognitivo Conductual, que me serviría para habilitarme y para participar en la creación de RecURRA, un centro terapéutico residencial para menores, proyecto que se convirtió en referencia en el tratamiento de la violencia filio-parental, y en el que trabajé durante seis años.

Durante este periodo atendí a niños y adolescentes con problemas académicos, de violencia, consumo, desobediencia; y a sus progenitores, quienes acudían por los hijos, pero cargaban con rupturas problemáticas o problemas de pareja, desacuerdos y también, en ocasiones, con dificultades para gestionar sus emociones. Todo esto me animó a realizar el Máster de Terapia Familiar Sistémica (ITAD), con el que aprendí a trabajar las dinámicas relacionales que se pueden volver disfuncionales en la familia, trabajo, amigos, pareja… y a trabajar con las personas teniendo en cuenta el contexto en el que se encuentran.