Trastorno de Ansiedad Generalizada

Trastorno de ansiedad generalizada

El Trastorno de ansiedad generalizada es el resultado de una “convivencia” habitual con la ansiedad, que no deriva de una circunstancia pasajera (no es un síndrome acotado en el tiempo), sino que obedece más bien, a un patrón de aprendizaje por medio del cual la persona que padece este trastorno siente una alta ansiedad ante cualquier situación amenazante, ambigua o de incertidumbre.

¿Por qué la ansiedad se generaliza?

La ansiedad es una emoción que podemos experimentar habitualmente cuando nos enfrentamos a situaciones novedosas y desconocidas, pero también es normal que poco a poco, esas situaciones dejen de despertar la ansiedad, a medida que adquirimos conocimientos, experiencia y habilidad.

En cambio, cuando sentimos ansiedad ante muchas situaciones y contextos, y en una gran cantidad de ocasiones, sucede algo parecido a lo que comentábamos en la publicación sobre la depresión. Surgen:

ideas sobre nosotros, el mundo y el futuro. Ideas sobre lo poco que valemos, lo complicado que es todo o lo hostil que nos resulta, la incapacidad que creemos tener para hacer frente a lo que nos sucede, e incluso la creencia de que hagamos lo que hagamos no servirá de nada…

Con una diferencia importante. Mientras que en la depresión estos pensamientos hacen que nos “desactivemos”, que nos escondamos y dejemos de hacer lo que nos gusta o se reduzca nuestra búsqueda de actividades placenteras, en el caso del TAG, estas creencias nos activan; aumentan nuestra tensión emocional, haciendo que nos pongamos nerviosos, que nos alteremos, que estemos más irritados y hostiles y, en definitiva, que al afrontar las situaciones que nos hacen sentir así (muchas), lo hagamos en un estado de ánimo que resulta inadecuado para que nuestra ejecución sea propicia.

 

Persona con ansiedad por muchos motivos

Las preocupaciones y el malestar en el TAG

Ante esta alteración emocional comienzan a surgir todo tipo de preocupaciones que ocupan una gran cantidad de tiempo. Las personas con TAG se preocupan por cualquier cosa que consideran que podría ocurrir (sea probable o no), por miedo a no estar preparados si se da la situación, pero también sufren el acosos de pensamientos rumiantes, que son ideas sobre lo mal que se ha hecho algo, recriminaciones sobre actuaciones pasadas, juicios críticos ante los errores o las decisiones inapropiadas… en otras palabras, tanto el pasado (pensamientos rumiantes), como el futuro (preocupaciones) se convierten en elementos aversivos para quien padece este trastorno.

Por último, las sensaciones de malestar que producen estos pensamientos y el sentirse incapaz, puede hacer que la persona que padece TAG procure evitar muchas o todas las situaciones que despiertan su ansiedad. Esto al final es contraproducente, ya que no enfrentarse a estas situaciones no ayuda a acostumbrarse a ellas ni a reducir el malestar que producen. Finalmente, esta evitación activa es uno de los principales elementos que mantienen el trastorno y, de hecho, es uno de los elementos centrales a la hora de trabajar terapéuticamente con la ansiedad.

Hombre preocupado

¿Cuáles son los tratamientos que ofrecen mejores resultados?

El tratamiento fundamental para el Trastorno de Ansiedad Generalizada es la Terapia Cognitivo Conductual, centrada en la preocupación o en la intolerancia a la incertidumbre, con herramientas como la prevención de respuestas de evitación, el control de estímulos, la reestructuración cognitiva, el entrenamiento en resolución de problemas, técnicas de relajación y psicoeducación sobre las preocupaciones y sus meta-creencias (lo que pensamos sobre las preocupaciones).

👋 Hola, ¿necesitas ayuda?